(de Victoria Branca)
Es más fácil y menos complicado mirar con un solo ojo. Aunque no lo parezca.
Otorgarle la razón a otro puede ser una estupidez. O una genialidad.
Lamentarse es peor que equivocarse.
La caída libre es, a pesar del riesgo, movimiento.
Hacer oidos sordos a las opiniones y críticas de los demás te devuelve la audición.
Es bueno desconfiar de la excesiva autoconfianza.
El otro no sabe más que yo, sabe distinto.
Puedo ser mi mejor amiga, y mi peor aliada.
El respeto empieza por casa. El desprecio, también.
Reir nunca hace daño. Ni siquiera en exceso.
Pocas palabras. Pero justas.
Un no puede abrirle la puerta a un valioso sí.
No es lo mismo acumular conocimientos que adquirir sabiduría.
Se sobrevive para vivir. Aunque haya que morir en el intento...
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