(De Julio Mateos)
Tu silencio
interno te vuelve impasible.
Haz
regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego que tiene la
mala costumbre de hablar todo el tiempo.
Practica el
arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar.
Habla
simplemente cuando sea necesario.
Piensa lo
que vas a decir antes de abrir la boca.
Sé breve y
preciso ya que cada vez que dejas salir una palabra, dejas salir al mismo
tiempo una parte de tu energía. De esta manera aprenderás a desarrollar el arte
de hablar sin perder energía.
Nunca hagas
promesas que no puedas cumplir.
No te
quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes
negativas porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus
palabras cargadas de tu propia energía.
Si no
tienes nada bueno, verdadero y útil qué decir, es mejor quedarse callado y no
decir nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario