(Del Blog”Con los
Pies Desnudos” de Victoria Branca)
Está abierta las 24 horas, todo el año.
Horario ilimitado.
Se accede cerrando los ojos, desde cualquier lugar.
Está ubicada en el Parque donde todo es posible.
Se llega por el camino del recuerdo hasta el sendero de la imaginación.
Allí hay una rotonda con dos
bifurcaciones, una es la calle de la confianza. Tomar esa.
Al final del camino se ve la copa frondosa y tupida de un
árbol.
Allí está ubicada la casa donde viven los artesanos.
No hay que hacer cola, de manera misteriosa la gente llega y
se va sin apretujarse y cada vez que uno va a soñar su sueño no
hay demora ni tiempo de espera.
Lo único que tienen que hacer es tocar la campana tres veces
y ubicarse en el banquito que está debajo de la casa.
Se recomienda llevar un deseo intenso y altas dosis de
entusiasmo.
Cuando el sueño haya tenido la fuerza suficiente para
hacerse realidad en el futuro, los pájaros carpinteros que asisten a los
artesanos les golpearán suavemente la cabeza para que se pongan de pie y
dejen el banco libre para los sueños de otros.
!No dejen de ir!
Ah, y lo mejor de todo: es gratis.
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