Las perlas
son producto del dolor...
Toda perla
es la consecuencia de una ostra que ha sido herida por un grano de arena que ha
entrado en su interior. Una ostra que no ha sido herida no puede producir
perlas...
En la parte
interna de la ostra se encuentra una sustancia llamada “nácar” y cuando un
grano de arena penetra en la ostra, ésta lo recubre con capas de nácar para
protegerse. Como resultado, se va formando una hermosa y brillante perla.
¿Te haz
sentido herido por las palabras, o actitudes de alguien?...
¿Haz sido
acusado de decir cosas que nunca haz dicho?...
¿Han sido
tus ideas rechazadas o ridiculizadas?...
¿Te han
culpado de haber hecho algo que jamás hiciste?...
¿Tu actitud
frente a ciertas situaciones, se malinterpreta?...
¿Haz
sufrido alguna vez los golpes de la indiferencia?...
¿Te han
herido precisamente aquellas personas que menos esperabas?...
¿No te
valoran como realmente lo mereces?...
Entonces,
perdona y haz de tu herida una perla. Cubre tus heridas con varias capas de
amor, recuerda que cuanto más cubierta esté tu herida, menos dolor sentirás.
Si no lo haces,
la herida permanecerá abierta, te dolerá más y más cada día, se infectará con
el resentimiento y la amargura y peor aún, nunca cicatrizará.
En nuestra
sociedad, podemos ver muchas "ostras vacías" no porque no hayan sido
heridas, sino porque no supieron perdonar, comprender y transformar el dolor en
una perla.
Una perla
es una herida sanada con amor.
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