2. Quejarse permanentemente: Porque los comportamientos como el lloriqueo, poner excusas
o señalar con el dedo son solo para la guardería y demuestran faltas muy graves
de madurez, de confianza en uno mismo y de responsabilidad.
3. Engañar al equipo: Ni a nadie, pero menos al equipo. Porque cuanto más
auténtico es un líder con su equipo, más auténticos son ellos con él, y mejor
funciona el grupo. Debemos esforzarnos en dar nuestra mejor versión de
nosotros, pero no en reflejar algo que no seamos, porque tarde o temprano se
girará en nuestra contra.
4. Actuar como un dictador: No importa lo alto que esté en el organigrama de la empresa,
los que tenga por debajo no son sus servidores. Es importante mantener el buen
contacto con todos los escalones de la jerarquía y de no ser así, puede ser el
motivo que releve al jefe de su puesto.
5. Amenazar en vano: Si enunciamos una amenaza, tiene que ser porque en
caso de activarse la acción en cuestión, vamos a responder con la amenaza
enunciada. Es clave para mantener la credibilidad y el respeto.
6. Anhelar demasiado poder: Porque esto será lo que lo aleje. Los líderes deben seguir
luchando día a día para mantener su posición, sin buscar desesperadamente el
reconocimiento o la riqueza, que llegara solo si se hacen bien las cosas. El
poder es para aquellos a quién se lo entregamos democráticamente, en el mundo
empresarial uno tiene que ganárselo día a día.
7. Ignorar la verdad: Es fácil caer en este error porque siempre habrá quienes le adularan y le harán creer cosas que no son del todo ciertas. Es
mejor hacerle de espejo, dentro de unos límites lógicos, que negarle la
realidad, porque esto daña al grupo entero. Y es una de las causas más comunas
del fracaso del liderazgo.
8. Establecer compromisos sin intención de mantenerlos: Como en el caso de las amenazas, eso anula la credibilidad
de cualquier trato posterior. Decir lo que uno no quiere decir siempre es una
mala opción, y en este caso las consecuencias llegan en el momento menos
esperado, puesto que no sabemos cuando la otra parte piensa reclamar lo que
ahora afirmamos.
9. Tener delirios de grandeza: Cualquier líder debe esforzarse en ser consciente del apoyo
real que tiene dentro de la empresa, para adecuar sus posibilidades reales de
éxito, porque tener demasiados delirios de grandeza será justo lo que reducirá
esas posibilidades.
10. Hacer algo sabiendo que está mal: No, no y no. Uno tiene que hacer siempre lo que cree
correcto, porque de no ser así nos vuelve como un boomerang que nos da donde
más nos duele. Los líderes deben tener principios sólidos y actuar en base
a ellos, sin miedo a represalias.
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